Tal y como sucede con otras materias, existen mitos del email marketing que hoy vamos a desterrar.
¿Cuántas veces nos hemos enterado de una promoción a través de las newsletters?
¿Cómo conocemos las últimas noticias de nuestra marca favorita?
Consultar las newsletters de nuestro buzón personal se ha convertido en un hábito rutinario.
A nuestra bandeja de entrada llega información de nuestras marcas favoritas y como usuarios queremos saber si hay rebajas, una nueva colección, un evento... ya que somos nosotros los que hemos decidido que nos lleguen estos mensajes.
El email marketing se ha convertido en un canal habitual al que nos hemos acostumbrado y, difícilmente, encontraremos una empresa que no disponga de una herramienta de email marketing para hacer envíos de correo masivo.
A día de hoy, debido a la popularidad de la que goza el canal, se han extendido un conjunto de afirmaciones sobre el mailing que muchos usuarios creen ciertas y pueden causar malentendidos.
Por eso, en este post y usando mi experiencia en el mundo del mailing, voy a analizar los 7 grandes mitos del email marketing y poder así conocer la verdad que envuelve a esas afirmaciones.
¿Cuáles son los 7 grandes mitos del email marketing?
1.- El email marketing es un canal obsoleto y antiguo
Si nos fijamos, cada vez que entramos en una página web, en algún momento se nos aparece un pop-up que sugiere que nos suscribamos a la newslettter, rara vez encontraremos una página que no lo pida.
Si no lo hacemos porque simplemente estamos conociendo e investigando la web, podemos ver que en algún rincón de la página, sin molestar, encontramos un formulario o pestaña para suscribirse, por si lo deseamos en algún momento.
Estos formularios o pestañas facilitan en todo momento el paso a la suscripción.
Estos hechos demuestran que el mailing es un canal en auge y vigente a día de hoy.
Si estuviera obsoleto, ¿por qué casi todas las empresas piden que nos suscribamos a su newsletter?
Porque saben que un alto número de las conversiones que tienen proceden de este canal.
Los usuarios leen las campañas porque están interesados en aquello que se muestra en ellas, así que ninguna empresa quiere desperdiciar esa oportunidad.
El emailing es un canal antiguo, es cierto, hace tiempo que podemos usarlo pero no es obsoleto y es el instrumento más efectivo del mercado y con mayor rentabilidad.
2.- El email marketing es spam
Esta es una de las principales confusiones que existen dentro del mundo del email marketing y hay que dejar clara la diferencia entre ambos conceptos.
¿Qué es el spam?
Carne en lata.
Sí, es carne en lata, pero también es lo que conocemos como correo basura.
Podemos definirlo como el envío de correos masivos a usuarios que no han dado su permiso para recibirlos.
¿Y cómo hemos llegado a ese nombre?
A partir de un sketch de Los Monty Python.
En este, una pareja iba a un restaurante y todos los platos de la carta llevaban spam, la carne en lata.
No había manera de librarse de él.
Años más tarde Brad Templeton calificó la llegada de correos no deseados con ese nombre, haciendo un guiño al sketch de los Monty Python.
¿Qué es el email marketing?
Es el envío masivo de emails a un conjunto de contactos que han dado su permiso para recibir dichos emails.
El spam gracias a los filtros antispam de nuestros clientes de correo suele llegar a la carpeta de correo basura, mientras que el mailing gracias a nuestra herramienta de email marketing llega a la bandeja de entrada.
El spam es un envío indiscriminado con un fin meramente publicitario.
El envío de correos masivo está segmentado y dirigido a un target determinado que siente interés en la campaña que recibirá.
Así que no debemos confundir los dos conceptos.
- Si no he confirmado la suscripción es spam.
- Si he aceptado recibir los correos es email marketing y en cualquier momento puedo dejar de recibirlos pulsando el enlace de baja, que siempre aparece en las newsletters.
3.- El email marketing no es efectivo (nadie lee los correos)
Hemos oído muchas veces que los correos se acumulan en la bandeja de entrada de los usuarios y estos pasan directamente a la papelera sin ser leídos.
Según Amdia, el 60% de los usuarios recibe menos de seis emails al día de sus marcas de confianza y de este 60%, un 40% recibe menos de tres mensajes diarios.
Así que esto de que los usuarios están saturados de correos y no pueden leerlos todos es falso.
El mailing es uno de los canales más efectivos y esto queda demostrado con los datos ofrecidos por DMA, en los que aseguran que el email marketing presenta la tasa de conversión más alta (66%) en comparación con otras formas de marketing.
Los usuarios reciben correos de sus marcas y empresas de confianza, de manera que no dudan en abrir y leer las newsletters.
El emailing presenta una ventaja y es que es un canal asincrónico, no es necesario que leamos el correo cuando nos llega, podemos esperar a hacerlo cuando tengamos tiempo.
A lo largo de este 2017 en Mailify hemos hecho un estudio con datos de más de 90.000 empresas y hemos observado que más del 50% de los usuarios que abre una campaña, la mantiene abierta más de 10 segundos, es decir, prestan atención en leerlas.
4.- El mejor día para enviar los correos es el jueves al mediodía
Esta oración la hemos escuchado muchas veces, pero ¿alguna vez hemos comprobado que sea cierta?
Muchas empresas se rompen la cabeza mediante deducciones dignas de Sherlock Holmes para entender la rutina de los usuarios: el lunes tienen muchos emails acumulados del fin de semana, por la tarde han salido del trabajo y ya no miran el correo, el correo se mira durante el horario laboral…
No hay un día ni una hora óptima para enviar los correos.
Sabemos que muchos usuarios abren los mensajes dos días después de que les lleguen o los leen pero la conversión llega días después.
Debemos encontrar la hora y día ideal para nuestra empresa.
Estudia el comportamiento de tus suscriptores campaña tras campaña y averigua cuándo responden mejor.
A partir de esos datos encontraremos el mejor momento para enviar nuestros mensajes.
5.- Cuantos más emails enviamos mejores resultados obtendremos
Tenemos la sensación de que si enviamos muchos emails fidelizamos mejor, porque así nuestro usuario nos verá siempre en la bandeja de entrada.
Debemos adaptar la frecuencia de envíos a la calidad de nuestras newsletters, no sirve de nada enviar una campaña semanalmente si esta está vacía de contenido y poca trabajada.
No hay una frecuencia óptima, podemos enviar campañas de manera semanal, quincenal o mensual, pero antes de decidirlo pensemos en el tiempo que nos cuesta realizar una buena campaña.
Si enviamos newsletters puramente comerciales con una plantilla simple que sólo respira ganas de vender, a la que se acumulen dos o tres correos en la bandeja de entrada del destinatario, este se dará de baja.
Si tenemos materiales (artículos del blog corporativo, noticias del sector, promociones especiales, tutoriales…) y el tiempo necesario para crear las campañas de email marketing, entonces, podemos crear la cantidad de newsletters que queramos.
Eso sí, debemos intentar mantener cierta constancia en los envíos, no envíes quince campañas un mes y dos el mes siguiente.
Las herramientas de email marketing permiten que programemos nuestras newsletters, así que mantener cierta rutina de envíos es sencillo.
También es verdad que no todas las campañas que creamos van destinadas a la totalidad de nuestra lista de contactos, así que es probable que hayamos realizado veinte campañas pero los destinatarios sólo hayan recibido una media de siete.
Segmentar es una de las claves del mailing. Ajustar al máximo posible las campañas a los intereses de los usuarios.
Con una herramienta de email marketing podemos segmentar nuestros contactos en listas según sus intereses, zona geográfica, edad, sexo… facilitandonos así el posterior trabajo de envío.
6.- Los asuntos largos y en mayúscula llevan la campaña a la carpeta de spam
Siempre nos han dicho que tengamos cuidado con el asunto, que puede ser uno de los motivos por el cual acabemos en la carpeta de spam.
"Los asuntos cortos funcionan mejor que los largos", esta frase no es cierta.
Los asuntos cortos son más directos y atractivos.
Con un simple vistazo el lector ya puede hacerse una idea de lo que se encontrará cuando abra el correo.
Los asuntos largos piden más tiempo de lectura y pueden quedar cortados.
Eso sí, la longitud no va a hacer que un correo vaya a spam.
Todo depende del mensaje que queremos expresar, hay conceptos que no pueden resumirse fácilmente y nos quedará un asunto largo.
Los estudios demuestran que los correos con asuntos inferiores a 60 caracteres presentan una tasa de apertura mayor pero, en cambio, los mensajes con asuntos superiores a 60 caracteres presentan una tasa de clics superior.
Estos datos siguen nuestra lógica, ya que lo asuntos más largos son más explicativos y el usuario sabe qué se va a encontrar.
Los asuntos cortos pueden llevar a la confusión.
Otra gran afirmación que cualquier usuario ha aceptado sin cuestionar, es que el uso de mayúsculas en el asunto es detectado como sospechoso por los filtros antispam.
No hay ningún estudio que demuestre que el uso de mayúsculas tenga un efecto negativo en la entregabilidad de nuestras campañas.
No hay nada claro aún respecto a este tema.
7.- No podemos enviar el mismo correo más de una vez
Otro gran mito que ronda en el mundo del email marketing es que no debemos enviar el mismo correo más de una vez.
Imaginemos que hemos estado trabajando en un diseño y en una estructura de campaña que ha funcionado muy bien, ¿por qué no podemos volver a usar la misma newsletter?
Si tenemos, por ejemplo, un ecommerce de ropa, deberemos hacer campañas de rebajas a menudo.
Si encontramos un modelo que funciona no tiene por qué ser negativo usarlo varias veces.
Supone una gran esfuerzo y dificultad innovar en el mismo tema constantemente, cuando sabemos además que hay una campaña que funciona.
Además, habrá gran número de usuarios que no habrán abierto la campaña, así que podemos enviársela de nuevo a ellos; no desperdicies su poder.
Sólo deberemos filtrar nuestra base de datos con aquellos que la abrieron, para asegurarnos que la campaña no llega al mismo remitente.
Conclusión
Estos son los mitos que corren por el mundo del mailing y que hoy nos hemos parado a estudiar.
Como hemos visto, no todo aquello que damos por supuesto es real, hace falta hacer hincapié en ellos para desvelar su trasfondo.
Ahora que ya sabemos todo aquello que los envuelve, ya podemos coger nuestra herramienta de email marketing y empezar a realizar campañas con un asunto con la medida que necesitemos y enviarlas el día y hora en que mejor hayan respondido nuestros contactos.
Y no olvidemos que es un canal en auge y efectivo, así que debemos trabajar bien el contenido de las newsletters, ¡porque serán leídas!