El internet de las cosas (IoT, abreviado del inglés Internet Of Things) se ha colado en nuestra vida.
Es nuestro presente y explotará definitivamente en nuestro futuro.
De hecho, ya lo está haciendo.
¿Cuál es su pasado?
Los datos.
La enorme cantidad de datos digitales que se generan vía internet.
Ponlos en una coctelera, añade un puñado de procesadores de información, de tecnología, de interpretación cualitativa y, por supuesto, de creatividad y obtén una bonita y útil “cosa” conectada a internet que influye en la vida de todos.
El Internet de las cosas me parece apasionante porque ya participa en nuestra vida cotidiana, seas o no un ineternauta.
Se cuela en tu cotidianeidad sin darte cuenta, notas que tienes facilidades y mejoras sociales a tu alcance y no sabes bien a qué se debe o no te has parado a pensarlo.
El Internet de las Cosas es como un superhéroe: invisible pero te hace la vida mejor, laboral, social y personalmente.
Quizá hasta lo tienes en tus manos si me estás leyendo con un smartphone.
Te invito a que me acompañes en este recorrido y aportemos, entre todos, ejemplos de cómo el Internet de las Cosas ha cambiado nuestra sociedad.
Yo te voy a contar 3 muy impactantes.
¿Qué es el Internet de las Cosas?
Vamos a obviar la definición típica de Wikipedia, que encuentras tan rápido como lo que tardas en escribir este subtítulo en internet.
¿Por qué?
Porque prefiero enfocar el Internet de las Cosas hacia las personas y cómo se relaciona con nosotros.
¿Quién dijo que la tecnología no puede ser humanista? ;)
El Internet de las Cosas tiene que ver con los objetos cotidianos, interconectados entre sí, que ayudan a mejorar nuestra vida.
Estas “cosas” tienen acceso a Internet, las personas tenemos acceso a Internet y, si conectamos cosas y personas estamos ante el IoT.
¿Cómo se conectan los objetos en el Internet de las Cosas?
Ponte en situación:
- En 2003: 0,8 aparatos conectados a cada persona.
- En 2010: 1,84 aparatos conectadas a cada persona (más del doble en sólo 7 años).
La aparición de los smartphones ha sido determinante para aumentar la cifra de cosas con las que nos conectamos cada día.
Las webs, las redes sociales, también influyen en la revolución que internet ha traído a nuestra rutina diaria.
Estos aspectos, que hoy nos parecen tan normales, han trazado el camino al Internet de las Cosas.
Dan pie a sectores que han querido sumarse al crecimiento tecnológico que el Big Data les ofrece.
Automoción, sanidad o logística han dado pasos de gigante y lideran la fabricación de “cosas” cotidianas que se conectan con ordenadores al servicio de las personas.
Pero, en el IoT, ¿cómo se produce esa conexión?
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Conexión a través de una IP de los objetos
Los objetos con los que nos relacionamos vía Internet tienen una IP asignada que envía información, datos que le proporcionamos al usarlos, a un servidor.
La forma en que las personas nos relacionamos con esos datos y nos beneficiamos de ellos es recogiéndolos.
Y el medio para hacerlo puede ser tan sencillo como una WI-FI, un Bluetooth, un RFID o un código QR, por ejemplo.
Otro ejemplo de ello, sería la forma en que interactuamos con una SmartTV, subiendo documentos a la nube, enviando e-mails o publicando en redes sociales.
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Conexión M2M
Cuando las cosas conectadas a internet hablan entre ellas, sin la intervención de las personas, hablamos del sistema Machine to Machine o M2M.
Gracias a la huella digital que dejamos con nuestros móviles, es posible que las máquinas se conecten entre ellas.
De esta forma, el Internet de las cosas mejora nuestra vida.
El ejemplo que mejor representa este caso es el de las Smart Cities.
Con los datos que arrojamos cada día, los ayuntamientos pueden prever atascos, regular el tráfico o gestionar las colas de la administración pública.
Interesante, ¿verdad?
Lo vemos más adelante con mayor detalle.
¿Cuál es el potencial del Internet de las Cosas?
Muchos de los objetos cotidianos con los que hemos convivido han cobrado vida en la actualidad: smartphones, frigoríficos, TV, coches… esto es, la domótica en general.
Personalización e individualización
El IoT nos ofrece a las personas, un recorrido individual y particular para cada una.
Nos permite personalizar esos dispositivos, cosas u objetos cotidianos, para que le demos el uso que a nosotros nos interesa.
El Internet de las Cosas posibilita un uso exclusivo y personalizado de los dispositivos cotidianos que utilizamos y que están conectados a Internet.
Actualmente, se habla de que sólo el 1% de las cosas con las que interactuamos a diario están conectadas con internet.
¿Imaginas un mundo en el que el 100% de tus interacciones fuera digital?
Diferenciación de la competencia y mejora de producto
Porque el internet de las cosas nos permite la personalización del producto siendo usuarios, como marca nos permite diferenciarnos de la competencia.
El avance tecnológico da acceso a incorporar en nuestros productos los detalles novedosos y de actualidad que posibiliten nuestro posicionamiento como líderes del sector en el que estamos presentes.
Podemos procesar los datos que nos ofrecen los dispositivos conectados a internet, en tiempo real, con ellos, tenemos el privilegio de adelantarnos a las necesidades de los usuarios y ganar nuevos clientes.
Como consecuencia de ello, aplicar una reducción de costes está al alcance de nuestra mano, ya que los esfuerzos en la mejora de nuestros productos está alineada con las necesidades reales de nuestro target.
Actualmente se calcula que tenemos entre 8.000 y 10.000 aparatos conectados a internet (el 1% del que hablábamos antes).
Ahora, mira la cantidad de objetos que nos rodean, por ejemplo en casa: frigorífico, TV, lavadora, alarma, regulador de calefacción y aire acondicionado… ¿te los imaginas todos conectados a ti y entre ellos?
Para el 2020 se espera que esta cifra aumente hasta 22 mil millones y para el 2030 se estima que serán 30 mil millones de objetos los que estarán conectados a internet.
¿Qué te parecen las cifras?
¿Las ves posibles o los expertos se quedan cortos?
Largos seguro que no.
El Internet de las Cosas y la Ciberseguridad
Todo lo que está conectado con internet es vulnerable de ser hackeado.
Por tanto, el IoT abre un extenso campo de aparatos tecnológicos expuestos a sufrir ataques cibernéticos.
El Internet de las cosas nos trae muchas ventajas, como estamos viendo, pero también conlleva riesgos.
¿Estamos preparados para preservar la seguridad de una avalancha de dispositivos conectados a Internet?
¿Imaginas las repercusiones y la gravedad que supone un ataque cibernético a la base de datos de un hospital?
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El reto de la Ciberseguridad
La ciberseguridad se enfrenta a 3 retos principales dentro de las compañías:
- Las empresas deben revisar sus protocolos de seguridad.
- Se requieren nuevos perfiles profesionales que se ajusten a las exigencias del aperturismo cibernético del Internet de las cosas.
- Aumentar la capacidad de conectividad de los servidores.
Quizá estas 3 vías requieran también de un cambio en el uso de de la información, por ejemplo, potenciando el Cloud Computing.
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Los riesgos del Internet de las Cosas
El uso de nuestros smartphones o PCs deja un rastro de actividad.
La conexión de nuestros electrodomésticos o de nuestros servidores genera unos registros que nos hace estar expuestos a los piratas informáticos.
Algunos de estos riesgos son conocidos e incluso los hemos sufrido, otros incluso están por inventar.
Por ejemplo:
- Phising: usurpación o suplantación de la identidad.
- Escuchas secretas.
- Ataques DDos: denegación de servicios.
- Robo de contraseñas.
- Malware.
Pero, seamos optimistas.
El Internet de las Cosas ha sido tendencia en años anteriores y lo será los que vienen.
Y con él, de la mano, también la ciberseguridad.
Se deben invertir esfuerzos en ella para que se entienda en un proceso de mejora continua.
Porque no podemos permitirnos el lujo de que la primera avance más rápido que la segunda.
Ejemplos de cómo aplicamos el Internet de las Cosas en la actualidad
Decíamos al principio que el IoT es ya un hecho presente para todos.
Conocemos su utilidad cotidiana porque aprovechamos sus ventajas a diario.
Voy a hablarte de 3 ejemplos de IoT para que veas el alcance que ya tiene en nuestra vida.
¡Y la carrera acaba de empezar!
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Smart Cities
¿Cómo concibes vivir en una casa evolucionada tecnológicamente y transformada digitalmente fuera de un entorno que no le es recíproco?
No tiene sentido.
Es aquí donde aparece el concepto de Smart City dentro de la idea global del Internet de las Cosas.
En ella se contempla digitalizar aspectos como:
1.- Los transportes: haciéndolos más eficaces y menos contaminantes.
2.- La energía: reduciendo su consumo.
3.- La sanidad: evitando esperas en hospitales y optimizando la prevención de enfermedades.
En definitiva, una Smart City es una ciudad inteligente.
Lo que podemos esperar, al menos, como ciudadanos de un espacio así es sostenibilidad, baja contaminación, eficiencia y que la digitalización esté al servicio de las personas para hacer que nuestra vida sea mejor.
Un gran ejemplo lo tiene el proyecto ya aprobado Paris Smart City 2050.
Es la primera ciudad europea en diseñar un área en el que prevén construir edificios bioclimáticos.
Su intención es reducir las emisiones de gases con efecto invernadero hasta un 75%.
¡Un reto envidiable!
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El DataLong 16
El DataLong 16 es un claro ejemplo de cómo se puede aplicar el Internet de las cosas a la logística, mejorando el transporte de alimentos o productos sanitarios.
Se trata de un pequeño dispositivo, un datalogger, que es capaz de ofrecer, en tiempo real, la temperatura del producto transportado y su ubicación.
La monitorización de los datos que envía vía internet permite controlar, por ejemplo, la temperatura de productos farmacéuticos que requieren conservar la cadena de frío para evitar su deterioro.
En el ámbito de la alimentación el DL16 es fundamental para mantener los alimentos frescos, para consumo humano, durante la cadena logística.
Sin duda, una puerta abierta para controlar los envíos de productos perecederos.
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Apple Watch aplicado a la salud
Uno de los retos que se plantea el Internet de las Cosas en el área de la salud es buscar mejores soluciones estratégicas para afrontar las enfermedades crónicas.
El reloj inteligente de Apple está siendo utilizado para que lo usen los enfermos más vulnerables, de manera, que estén siempre controlados por sus cuidadores.
Además, se produce una retroalimentación en la que el reloj emite alarmas, recordatorios o consejos al paciente, relacionados con los hábitos que el enfermo debe adquirir.
De esta forma, un reloj inteligente mejora la vida de estas personas.
No sólo queda ahí la participación del Apple Watch.
Los datos que obtienen se evalúan y ayudan a construir mejores modelos de diagnóstico para enfermedades cardiovasculares o incluso el Parkinson.
¿Te imaginabas este ejemplo de IoT?
- Otras aplicaciones del Internet de las Cosas
Estoy segura de que se te ocurren infinidad de ejemplos más de cómo el IoT mejora nuestra vida, te nombro alguno más que a mí me ha sorprendido conocer (¡y lo que nos quedan!).
¿Sabías que existe un cepillo de dientes inteligente que es capaz de detectarte una caries?
¿Y qué me dices del Wize Mirror? Es un espejo que, al mirarte en él, ¡te avisa si tienes síntomas de una enfermedad!
Y, por supuesto, todo lo imaginable en el mundo de la domótica.
Controlar la calefacción desde tu móvil cuando estás fuera de casa, que el frigorífico te haga la compra cuando te estás quedando sin alimentos de consumo básico….
Un ejemplo más que nos queda muy cerca: las plataformas de inteligencia competitiva.
Aplicado al marketing digital tenemos a la empresa que aloja este blog, SEMrush.
Espero que no te haya entrado vértigo pensando en todos los objetos digitalizados que tienes a tu alrededor y los que son susceptibles de estarlo en el futuro.
Porque el IoT ha llegado para quedarse.